El 2014 ha sido un año de claro color blaugrana. Las culés acabaron la temporada pasada como líderes de la competición, actualmente vuelven a comandar la clasificación de la SuperligaFemenina, juegan la Champions femenina y aportan tantas jugadoras a la selección como casi todos los demás conjuntos entre ellos.

Uno de los cambios más significativos es el que hace referencia a la competencia. Si antes sólo el Ath de Bilbao plantaba cara a la hegemonía blaugrana, en el presente campeonato otros clubes han apostado más decididamente por el fútbol femenino. Es el caso de At. Madrid, Rayo Vallecano y Valencia que han consolidado sus estructuras alrededor de sus chicas. Más profesionalidad, mejores plantillas y una planificación más coherente les han llevado a dar el salto de calidad que han dado. Obviamente no sólo a nivel profesional o semiprofesional se ha producido esto. Muchos de estos clubes han apostado fuertemente por trabajar a las chicas desde la base y los resultados se ven con relativa prontitud al no ser algo habitual.
Todo esto por lo que hace referencia al fútbol de equipos pero el hecho más destacable es, sin duda alguna, la clasificación de las chicas de la Roja para el próximo mundial de futfem de Canadá en el verano de 2015. Se han clasificado meritoria y brillantemente culminando un largo trabajo que venía desarrollándose desde las categorías inferiores a nivel federativo. Si este objetivo puede apuntarse en el lado positivo, en el lado negativo podríamos poner el oscurantismo federativo y su negativa a recibir subvenciones para el fútbol femenino de cara a conseguir una mayor igualdad y una mejor conciliación de la maternidad y la práctica de un deporte profesional y de élite. Sería un paso definitivo de cara a obtener una mayor repercusión mediática con el consiguiente aumento de ingresos para clubes y jugadoras. La negativa federativa viene provocada por la exigencia, por parte del CSD, de auditar las cuentas federativas.
Recordar gratamente también la candidatura de Vero Boquete al Balón de Oro. La presencia de la jugadora del FFC Francfort en la terna definitiva puede y debe ser un empujón motivacional para todas sus compañeras que, desde España, trabajan viendo en ella un ejemplo a seguir a nivel de trabajo, de dedicación, de sacrificio personal y de, en definitiva, éxito deportivo. Hoy por hoy el fútbol femenino en los países más septentrionales del continente está mucho más profesionalizado y respetado de lo que lo está en nuestro país.
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